Hola y chau papá

Hoy hace un año papá se estaba muriendo. Desde ahí puedo decirle papá en vez de padre. Me hicieron notar que probablemente ese no sea malo, más bien bueno. El español es algo muy lindo, porque la gente se muere y no muere. Podría haber escrito "Hoy hace un año papá moría" pero no lo hice.

El día anterior a su muerte, que era feriado, me habían llamado para que fuera a verlo a la clínica. Me resistía a ir porque la perspectiva de ponerme guantes y barbijo para entrar en terapia intensiva no me tentaba. Fran, me dijo, algunas semanas antes ¿Sabés que a tu papá no le queda mucho tiempo, no? Como estaba sentado en el asiento de un colectivo no me podía escapar a ordenar cosas ni a la pantalla de mi computadora, tuve que contestar:
No, ¿Qué querés decir con eso?
Que por lo que vengo escuchando en la mesa de tu casa y las conversaciones que venís teniendo con tu familia, tu papá está grave y no va a estar mejor.
¿Pero me estás hablando de dos años, de cuatro?
Te estoy diciendo que es poco tiempo.

Probablemente la charla con Fran empezó antes y terminó después y las palabras fueron otras, pero no por más que trate no voy a poder conseguir otro recuerdo.

Esa semana también había discutido con mi hermano que quería organizar turnos para acompañarlo durante las noches y me negué terminantemente. La última vez que lo había visto salir de anestesia (un año antes, cuando todo empezaba a terminar) lo primero que había dicho al despertar fue "Baron B". Y yo había pensado muchas cosas: en su alcoholismo, en su imbecilidad, en mi imbecilidad, en las adicciones en general, en la suya en particular, en la familia, etc. Y no lo había podido mirar a la cara en un año.

Al día siguiente tuvo una serie de paros. Mamá me llamó a la librería y antes de que tenga la oportunidad de decir mucho me puse a llorar (ahí supe que es como en las películas: uno sabe). Llamé a Fran, pasé a buscarlo por su casa, a mamá por el trabajo y llegamos a la clínica. Muy poco después llegaron mis hermanos.

Fui a ver a papá, que respiraba, dormido, en su cama. Es sorprendente ver a alguien en esas circunstancias. Papá siempre adelgazó y engordó en función de su tira y afloje con la bebida y conservó, siempre que pudo, un look de dandy. Por eso, su cuerpo enflaquecido, su cara menoscaba y su pelo gris fueron algo muy difícil de digerir. Decidí que quería que Fran no lo conociera en esas circunstancias. Con la certeza hollywoodense de que me estaba escuchando a pesar de la nube de morfina, le di la mano y le dije que lo perdonaba por todo y que lo quería mucho

No hace falta decir que un par de horas después murió.

3 comentarios:

el gato con converse! dijo...

es una situacion dura, situacion dura que a veces se puede tomar con mucha frialdad...

Alejandra Albero dijo...

El día que murió mi vieja estaba tan mal que ni la morfina le hacía efecto, la quimio deterioró su cuerpo terriblemente. Y sin embargo yo la ví más linda que nunca, parecía un ángel. Pensé en decircelo al día siguiente...cuánto me arrepiento!

Anónimo dijo...

Que bien escribis pleincho