Lectura silenciosa

¿Te puedo leer algo?
—Grrr.
Ok, ok. Me callo.

No lo puedo creer.
—¿Mmmh?
Me pone de mal humor leer el diario.
—No lo leas.
Tenés razón.

Mirá esta foto.
—Grr.
Levantá la cabeza un segundo, te acerco la hoja.
—Qué pesado que sos.
¡No me digas pesado!

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