Hoy me sentí liviano por primera vez en, diría, un par de años. Volvía en el 55 con el jopo al viento y respiré aliviado y sentí que me vaciaba de una carrera que no me convencía, relaciones con fechas de vencimiento y un historial familiar tortuoso. Sonreí. Casi que me sentí listo para abandonar la sitcom. Llegué a casa y una cena a lo familiar me terminó de convencer de eso.
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