Luego de aceptar la posibilidad de rendir el jueves y contemplar la perspectiva de ir directamente al recuperatorio, abandoné el claustro sanisidrense. Tuve una cena fantástica en la que se debatió la teoría de la Concha Espejo o el Chocho Reflejante (si Javier no lo postea me veré obligado a hacerlos partes de este avance en teorías de género yo mismo). El 168 no tardó.
El viernes salí de casa sin ducharme (subirme al techo a destrabar el flotante no era una opción. God Bless AyS.a.), fui a un desayuno de trabajo y fui a mi trabajo y fui a anotarme en la facultad y fui a comer algo con amigos y pasé a saludar a otro amigo y fui a cenar con otras dos amigas y fui a Crobar con ellas y fui a lo de otro amigo y volví a casa. Y trabajo en tres horas. Asi que, voy a dormir.
Me gusta moverme. Me gusta que me muevan.
2 comentarios:
te liberaste
bien
aunq histerico tambien me gustas
Me gusta moverme. Me gusta que me muevan....
frase mas que reveladora
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