Lo que realmente importa

Es cada vez más difícil escribir acerca de lo que realmente importa. Trato de avanzar con una novela pero cada página cuesta cuatro veces más que la anterior. Cada cinco líneas sobrevive una. Lo mismo pasa con este blog. Por cada entrada que se publica hay dos o tres que no ven la luz.
Escribo sin saber cómo van a terminar las cosas. No quiere decir que no sepa a dónde van. Generalmente después de cada página tengo una idea de qué va  pasar a continuación, pero hasta que no lo ponga por escrito no se va a revelar. Es un edificio tapando al otro, y la ciudad tapando al sol (o un árbol tapando al otro, y el bosque al sol, si una metáfora arbórea suena mejor).
Al principio de Nadie acabará con los libros* Umberto Eco y Jean Claude-Carriere divagan acerca de los soportes y su obsolescencia acelerada. Uno de los dos plantea lo incomensurable de aquello que quedó olvidado o perdido. Cuántos libros, historias y civilizaciones quedaron borradas. ¿Quién, y por qué, salvó lo que quiso salvar? ¿Con qué intención? ¿Por qué este papiro no, este libro sí, este recuerdo?
¿Escribo pensando en que lo que produzco le puede importar a alguien? ¿Quiero que alguien me recuerde? Creo que no. Prefiero poder generar una sonrisa y un momento grato.
Hoy leí que entre 1910 y 1996 se hicieron quince versiones cinematográficas, además de otras tantas para televisión de Jayne Eyre, publicada en 1847. El periodista intenta (los periodistas siempre intentan) delucidar por qué el libro sigue teniendo actualidad. Es tan buen periodista que prácticamente no dice lo que piensa y se limita retransmitir lo que dijeron otros. Una de las cosas que dice que dicen es que los personjes de Brontë generan empatía. Es algo escaso como pretensión. Todos los libros honestos tendrían que generarla. Por atracción, repulsa o matándonos de indiferencia. Tienen que conmovernos.
No creo en la página en blanco. Todo esto es una inmensa página en blanco llena de palabras que se extiende cada vez que no puedo escribir acerca de lo que realmente importa. Creo que de a poco (tres pasos adelante, dos atrás), me voy acercando a lo que quiero decir. 


*En realidad se llama N'espérez pas vous débarrasser des livres. Quiere decir No esperen sacarse de encima a los libros. La traducción es tan lejana que incluso el nombre de la edición original está mal escrito. 

No hay comentarios: