Ayer me crucé a dos monjas en la calle. Y pensé en la respuesta que le daría a mi hijo cuándo por ellas me preguntara: "brujas hijo, son brujas". ¿Aseguraría así un merecido protagónico en sus pesadillas?
Sofía, no todo tiene que ser divertido en la vida. Seguramente la monja vivió una experiencia lindísima en el Vaticano, cuya sensación no es precisamente de "diversión" sino algo mucho más profundo.
No a la cultura de la diversión permanente, hay otras cosas importantes en la vida más que divertirse.
2 comentarios:
Ayer me crucé a dos monjas en la calle. Y pensé en la respuesta que le daría a mi hijo cuándo por ellas me preguntara: "brujas hijo, son brujas". ¿Aseguraría así un merecido protagónico en sus pesadillas?
Sofía, no todo tiene que ser divertido en la vida. Seguramente la monja vivió una experiencia lindísima en el Vaticano, cuya sensación no es precisamente de "diversión" sino algo mucho más profundo.
No a la cultura de la diversión permanente, hay otras cosas importantes en la vida más que divertirse.
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