Hay una colección de Lumen que se llama Pocas Palabras. Son todos libros muy ilustrados en tapa dura. También está descatalogada y se consigue en mesas de saldos. Ahora estoy terminando con Oscar Wilde, de André Gide. Es un poco ridículo estar leyendo sobre Wilde sin haber leído a Wilde, pero bueno, me justifico con las palabras de Oscar: "¿Quiere usted conocer el gran drama de mi vida? Es que he puesto todo mi genio en mi vida; en mis obras sólo he puesto mi talento." Por lo que llevo leído, se conocieron bastante:
—No me gustan sus labios; son rectos, como los de alguien que nunca ha mentido. Quiero enseñarle a mentir, para que sus labios se vuelvan bellos y sinuosos como los de una máscara antigua.El irlandés era bastante feo; Gide tampoco era un bombón, pero quince años más joven que Oscar. Cuando leí la frasecita para Gide casi que me calenté. Nunca fui demasiado afecto al chamuyo (ni siquiera me gusta la palabra) y me cuesta mucho creermelá cuando tiran flores. Pero tuve ganas de tener a un Wilde gordo y feo enfrente diciéndome que tiene ganas de hacer mis labios más sinuosos.
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