Anoche terminé de leer Un pequeño inconveniente, de M. Haddon. Gustó. Acá una parte:
Había probado el celibato. El único problema era la falta de sexo. Al cabo de un par de meses te conformabas con cualquier cosa y te encontrabas con que te la chupaban detrás de un gran arbusto en lo alto del brezal, lo cual estaba bien hasta que te corrías, y el polvo de cuento de hadas se evaporaba y te dabas cuenta de que el príncipe azul ceceaba y tenía un lunar raro en la oreja. Y había noches de domingo en que leer un libro era como arrancarte los dientes, de manera que te comías una lata de leche condensada azucarada con una cucharita delante de French y Saunders y algo tóxico se colaba bajo la ventana de guillotina y empezabas a preguntarte qué sentido tendría todo.
No quería gran cosa. Compañía. Intereses compartidos. Un poco de espacio.
El problema era que no había nada más que supiera qué quería.
3 comentarios:
Elegir una identidad
·**** (Su nombre visible en Blogger)
·Otros
·Anónimo
Definitivamente la opción acertada es la última. "Love is all a matter of timing". No creo haberte encontrado ni temprano ni tarde. Te encontré en el universo paralelo equivocado.
Ésta semana me ocurrió algo similar a la cita. Excepto por que no fue detrás de un arbusto, sino en el recibidor de un edificio, y al muchacho que rondaba unos 30 años le faltaban la mitad de las paletas.
No sé si sos lector de comics.
En cualquier caso..."Crisis en las tierras infinitas" fue el modo en el que DC anuló los multiversos.
Murieron un par en el medio, pero valió la pena.
Aunque el gasto energético que implicaría la existencia de multiversos es desalentador, el universo existe independientemente de las representaciones de nuestra mente, y es reconfortante la idea de que nos encontramos en uno de los tantos universos paralelos posibles, y en algún que otro vos y yo nos encontramos.
"Crisis en las tierras infinitas" entra en lista de pendientes...
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