No la conté porque preferí deglutir una porción de milanesa de la verdura mencionada. La conseguí trocándola por una tostada de salmón con queso blanco con mi jefa. Ella realmente quería mi ensalada pero yo también la quería (realmente). Pero con un intercambio de un poco pudimos ser felices los dos. No me gusta compartir mi plato. Pero puedo cortar una porción y ponerla en el plato de otro (o, mejor: en un plato más que traiga el mozo).
Hace rato que la frase que vengo repitiendo es "si no suma, resta". Un poco como mantra anti karma, otro poco como recordatorio de relaciones extendidas demasiado tiempo por pereza y pánico al conflicto. Amigos que siempre te dejan pagando la cuenta, afectos que duelen o familiares con frases demasiado dolorosas. Prefiero llorar las cosas una sola vez. Llorar la muerte cuando llega y no seguir llorándola cuando es ausencia. El otro día me puse a llorar de emoción escuchando a Moreno Veloso recitar poemas de João Cabral de Melo Neto. Moreno dijo, entre otras muchas cosas que su vida había cambiado con la poesía. Pero además de la poesía habló de las palabras y de su música. El primer poema que leyó fue un extracto de El perro sin plumas. Mega conocido en Brasil. Acá no.
O cão sem plumas
A cidade é passada pelo rio
como uma rua
é passada por um cachorro;
uma fruta
por uma espada.
O rio ora lembrava
a língua mansa de um cão,
ora o ventre triste de um cão,
ora o outro rio
de aquoso pano sujo
dos olhos de um cão.
Aquele rioera como um cão sem plumas.
Nada sabia da chuva azul,
da fonte cor-de-rosa,
da água do copo de água,da água de cântaro,dos peixes de água,
da brisa na água.
No hay comentarios:
Publicar un comentario