Inglés para dummies

En algún momento me puse a explicarle a alguien (lo digo así porque no recuerdo ni a quién, ni cuándo) por qué no algunas cosas. Había perdido, olvidado o vuelto a perder elementos que habían impedido otras cosas. Le expliqué que no era tan inusual ni tan catastrófico porque todo se solucionaba.
Hoy pensé un poco en eso cuando me equivoqué de hora y me equivoqué de calle para esperar el colectivo. Tengo que esforzarme las veinticuatro horas para no ser yo. Para no dejar las cosas tiradas, para no olvidar, perder o romper. Para no empujar sin querer, rozar, sin querer también. Me golpeo los codos, raspo las manos o quemo los dedos cuando me olvido de que el agua sale muy caliente.
Pero me gusta. Soy así. Torpe. Togrpe.
El lunes pasado empecé inglés, y la profesora nos preguntó por qué queríamos aprender inglés. Traté de no poner cara de superado y recordarme que ella teacher y yo student y dije, con mi mejor sonrisa de ocho de la mañana sin haber tomado café aún, que quería: concentrarme en lo que decía y no en cómo lo decía, que tenía ganas de poder hablar inglés sin preocuparme pro que la frase fuera incorrecta. Que fluya.
Todo eso lo dije en inglés, ḿuy rápido. La señora (era una señora, obvio) me dijo no me preocupe, que ya iba a aprender a hablar, más lento, no tan atolondrado. Me reí y le dije que hablo igual de rápido y mal en español.


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